
Desde las praderas canadienses hasta los barrios expansivos de Tkaronto, Doomgurl ha construido un lenguaje propio: un cruce entre memoria, danza y sonido. Su camino comienza en la infancia, aprendiendo folclor salvadoreño desde los cinco años — un arraigo que jamás abandonó — y continúa en su adolescencia, cuando encuentra en el breaking, el hip-hop y el house un espacio de resistencia, expresión y comunidad.
Como b-girl, DJ, beatmaker y productora, Doomgurl se mueve entre escenas con una naturalidad feroz. Su trabajo como arquitecta sonora para films de danza, batallas y piezas experimentales la ha convertido en una creadora que entiende el cuerpo tanto como entiende el ritmo. Cada set, cada beat, cada textura es una traducción: de su linaje indígena-migrante, de su vivencia en Turtle Island, de su presencia en la calle.
Su visión musical no se limita a géneros: los desarma, los remueve, los recompone. Su estética camina entre el boom bap y el house, entre el club y lo ritual, entre el subconsciente y el sudor del dancefloor.
En KUMBIONIK, Doomgurl desciende hacia su territorio más profundo:
cumbia rebajada, experimental, pesada, lenta, introspectiva,
un sonido que respira en el bajo, se mueve como niebla y transforma el espacio en un territorio vivo.
Un viaje que honra la raíz, la calle y el trance compartido.

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